El golfista británico relató entre risas una noche caótica de copas, vómito y disculpas al personal del hotel. “Nunca me había pasado algo así”

Tyrrell Hatton no olvidará jamás la noche en que celebró su clasificación automática para el equipo europeo de la Ryder Cup. El inglés, de 33 años, recibió la llamada de Luke Donald tras el LIV Golf Indianápolis, confirmándole que ya tenía su puesto asegurado en la cita de Bethpage Black. A partir de ahí, todo se descontroló.
“Fue un poco desordenado, para ser honesto”; admitió Hatton entre risas. “Creo que es la peor borrachera que he tenido nunca. Una vez que Luke me confirmó que estaba dentro, lo celebramos fuerte. Muy fuerte”; afirmó el inglés.
Hatton no escondió la lista interminable de bebidas que se cruzaron por la mesa aquella noche junto a Jon Rahm, ganador del título individual en Indianápolis. “Hubo vino, gin tonics dobles, Disaronno sours, hazelnut sours, margaritas, cócteles de vodka… uno de fresa que estaba buenísimo. Y muchos shots también. Fue una mezcla explosiva”; recordó.
Lo peor llegó con la resaca del día siguiente. “Cuando me desperté estaba empapado en vómito”
La fiesta fue tan intensa que Hatton terminó desplomado en plena mesa. “Me quedé dormido en la mesa. Literalmente. Y cuando conseguí llegar a la habitación, me tiré en la cama de lado y boca abajo. Entonces me desperté vomitando en esa posición. No me moví… simplemente me volví a dormir”.
Lo peor llegó con la resaca del día siguiente. “Cuando me desperté estaba empapado en vómito. Lo tenía por los brazos, la camisa, la cama… Fue realmente asqueroso. Nunca me había pasado algo así”; confesó.
Hatton asegura que sintió un gran remordimiento por el estado en el que dejó la habitación de hotel. “Lo intenté arreglar un poco, pero era imposible. Al final dejé algo de dinero y una nota de disculpa al personal. Era lo mínimo que podía hacer”.
Aunque el inglés reconoce que aquella noche fue “horrible” al día siguiente, también la recuerda con humor. “Sé que no debería repetir algo así, y de verdad que no quiero volver a sentirme tan mal. Pero también fue un momento único, especial. Al fin y al cabo, había conseguido estar en el equipo europeo”.
Incluso dejó caer que, si Europa gana en Bethpage, la historia podría repetirse. “Espero que no llegue a esos extremos otra vez… aunque si ganamos la Ryder Cup, bueno, habrá que celebrarlo. Pero intentaré que esta vez sea con mejores consecuencias”; bromeó.
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