Decía Einstein que había dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana -y que de lo primero no estaba del todo seguro-. Pues bien, una vez más se ha vuelto a demostrar que tenía toda la razón. Y es que por si no fuera poco con el hecho de robar de un campo de Golf un buggy, lo que se le ocurrió a este delincuente fue ir a cenar con él a un McAuto, la conocida vía para realizar pedidos desde el vehículo de la multinacional de hamburguesas.
Sucedió el pasado 29 de mayo en Inglaterra, cuando Jamie Elliot, un joven de 18 años que quería darle un impulso a su tarde diversión, se dirigió junto a un amigo al Catterick Golf Club después de haberse excedido con el alcohol y decidió tomar prestado uno de los coches. Ni corto ni perezoso -y dado que el hambre comenzó a actuar- se dirigieron al establecimiento de comida rápida que se encuentra a apenas cinco kilómetros del complejo.
Una vez allí y para pasar desapercibidos -nótese la ironía- decidieron hacer uso del McAuto para proceder al pedido, algo que llamó poderosamente la atención de los empleados del local, quienes avisaron de inmediato a la policía, que se personó en pocos minutos con la intención de hacerle pasar al conductor por el alcoholímetro. Y, obviamente, Elliot excedía los límites permitidos por aire espirado.
Una “jugada maestra” que le va a salir cara al “rookie”, pues habiéndose sacado el carnet de conducir con muy pocos meses de antelación tendrá que hacer frente a una sanción de un año sin poder conducir vehículo alguno. Y es que aunque el hambre apriete hay que saber contenerse.