Era el momento que todos esperaban y el que más se temía por la emoción contenida durante toda la semana. Así lo vivió José María Olazábal que se emocionó ya mientras ayudaba a la mujer de Ramón Sota, Pilar Sanz, a descubrir esa placa que desde este momento estará presente en los nueve segundos hoyos del recorrido de Santa Marina; y apenas pudo articular palabra cuando miró hacia la placa de Seve Ballesteros.
Sólo la ovación del público le dio un respiro, contuvo apenas las lágrimas y habló desde el corazón de un gran amigo que nos dejó ya hace tres años. La placa con el nombre del Maestro de Pedreña estará clavada en los nueve primeros hoyos de este recorrido de San Marina, “Él nos abrió a todos las puertas de Europa y del mundo. Si bien Ramón Sota se las abrió a Seve, a Piñero, Cañizares y tantos otros; los de mi generación, si estamos aquí, es por Seve”, dijo Olazábal.
“Este es un acto de los profesionales de golf que quieren homenajear a un compañero”, comentaba Miguel Ángel Serna. Consejero de Cultura y Deporte, haciéndose a un lado para que los pros estuvieran cerca de sus amigos. Un gesto político que fue alabado por los presentes. El cielo se abrió, lloró a cantaros también, y dos de los hijos de Seve, Carmencita y Miguel ayudaron a un emocionado Olazábal a descubrir esa placa que ya es parte de la historia de Santa Marina