Quizás hayan escuchado hablar alguna vez de The First Tee, una organización de desarrollo juvenil enfocada a brindar programas educativos que desarrollen el carácter, inculquen valores que mejoren la calidad de vida de los chicos y promuevan hábitos de vida saludables a través del Golf con el apoyo de las principales organizaciones de este juego como son la LPGA, el Masters, la PGA de América, el PGA Tour y la USGA. Desde que naciera en 1997, este programa pionero en nuestro deporte ya ha ayudado a más de nueve millones de jóvenes en Estados Unidos, Canadá, Irlanda, Japón y Nueva Zelanda y es uno de los ejemplos más claros de que un nuevo mundo es posible.
Sirva como ejemplo lo que ha ocurrido en los últimos días en Kansas City, donde un hombre ha elevado a la máxima potencia el término de devolverle a la comunidad todo lo que ha conseguido a través de ella después de decidir derrumbar su propia casa para posibilitar que los chicos tuvieran más terreno en el que poder jugar al Golf. Y es que Chris Harris -el protagonista de esta historia- inauguró hace unos días el Harris Park, un pequeño oasis en medio de la ciudad que ofrece una amplia variedad de actividades, entre ellas nuestro deporte.
Sin embargo, los seis tees y los dos greenes con los que cuenta se han quedado pequeños debido a la avalancha de chavales dispuestos a progresar en este deporte. Es por esto que no ha dudado en agregar un tercer green para que sus huéspedes tuvieran la oportunidad de jugar 18 hoyos diferentes, simulando una ronda real, aunque para ello hubiera que sacrificar su casa. “Lo que ha hecho Chris no lo he visto ni oído nunca”, se escucha decir a los vecinos. Y no es para menos.