El juez brasileño Eduardo Antonio Klausner ha dado a Río de Janeiro y a un constructor local una fecha límite de cinco días para decidir si quieren rediseñar un campo de golf que sería sede para los Juegos de 2016.
El ultimátum llega después de que fiscales locales hayan demandado el traslado de tres hoyos para dar paso a un corredor silvestre que ayudaría a mantener una reserva natural.
La demanda alega que fueron violadas normas ambientales en la construcción del campo, que había sido anunciado como uno de los grandes momentos de Río 2016, ya que el golf volverá a ser olímpico tras 112 años de ausencia.
Los fiscales sostienen que el curso está siendo construido ilegalmente en una reserva natural y quieren cambios significativos introducidos en el proyecto original. La ciudad y el desarrollador, Fiori Empreendimentos, dicen que es imposible poner en práctica todos los cambios solicitados por los fiscales.
El alcalde de Río, Eduardo Paes, ya ha manifestado públicamente que está en contra de cualquier cambio en el proyecto de campo de golf actual, diseñado por el estadounidense Gil Hanse y cuya ejecución ha alcanzado ya el 60 por ciento.
En función de la decisión de los acusados, el juez podría incluso detener la construcción en el campo.