Esto va de récords una vez más, aunque en esta ocasión fue por una buena causa. ¿Cómo si no se puede llegar a entender un viaje de 80 días jugando al Golf por todo lo largo y ancho de un país como Mongolia? La aventura, llevada a cabo por un antiguo jugador de rugby norirlandés llamado Adam Rolston ha entrado en el libro Guinness por tratarse de la ronda de juego más larga y con mayor distancia recorrida de la historia. Nada más y nada menos que 2011 kilómetros anduvo el deportista, quien estuvo acompañado en todo momento por su amigo Ron Rutland, quien le hizo las veces de caddie.
“Hemos tenido docenas de personas que nos han llamado de locos para arriba. Desde el ‘eso es imposible’ al ‘¿no tienes nada mejor que hacer? ‘han sido muchos los que han dudado del éxito de esta travesía, aunque finalmente han tenido que darnos la razón. Ha sido una experiencia increíble, aunque también difícil. Puede relacionarse con el rugby, donde no se disfruta cada minuto, pero te invade la satisfacción cuando miras atrás”, comentó el protagonista en una reciente entrevista concedida al Telegraph.
Rolston organizó este viaje con la ayuda del European Tour para tratar de recaudar fondos para organizaciones deportivas destinadas a la infancia. Y parece que ha tenido éxito en su inverosímil hazaña. Hasta 20 mil dólares recaudó en un viaje que no le pillaba de nuevas, pues hace un tiempo ya había completado una marcha en bicicleta por cada país de África en una iniciativa similar.
Atravesaron pantanos, colinas, ríos y desiertos hasta llegar al hoyo 18 del Mt. Bogd Golf Club de Ulán Bator, donde un putt de unos dos metros directo al agujero dio por finalizada esta historia en la que el deportista contabilizó 20.093 golpes –unos 250 de media por día- y terminó perdiendo algo menos de 150 bolas. Y no crean que esto le ha quitado las ganas de seguir practicando.
“Quiero seguir jugando cuando vuelva a casa. Me he sentido muy bien con los palos a diario. Quizá golpee ahora menos bolas que en el viaje, pero seguiré tan adicto como hasta ahora”, sentenció. No es para menos.