Cuando Josh Gardner, jefe de los profesionales de Canyon Meadows Golf and Country Club de Calgary (Canadá), fue a trabajar el pasado cinco de julio solo planeaba practicar golf, no natación. Menos aún pesaba que tendría que salvar la vida de un extraño.
Estaba dando una clase el sábado por la tarde, cuando escuchó como una furgoneta se precipitaba desde una colina a su espalda. «Escuché una explosión y luego vi como el coche salía volando por los aires, caía en el centro de la laguna y comenzaba a hundirse”, dijo según informa el Calgary Sun.
Gardner pidió a sus alumnos que avisaran al servicio de emergencias mientras él intentaba a gritos llamar la atención del conductor del vehículo,
«Él no me respondió, así que tomé la decisión de entrar en el agua», declaró. Gardner nadó unos 20 metros hasta llegar a la altura de la furgoneta, que se hundía en el agua a unos 12 metros de profundidad. Se sumergió, entró por la ventanilla del asiento del copiloto, desabrochó el cinturón de seguridad del conductor, lo sacó fuera del coche y nadó con él hasta la orilla. Acto seguido, al sospechar que podría haber otra persona dentro de la camioneta, volvió a sumergirse, aunque no pudo encontrar a nadie.
Más tarde los buceadores del equipo de rescate acuático del departamento de bomberos confirmarían que efectivamente no había otros ocupantes dentro del vehículo. Gardner dijo que fue un instinto natural lo que le hizo tirarse al agua. “No lo pensé dos veces, sólo sabía que se hundía y alguien tenía que meterse en el agua y ayudarlo», dijo. “Es una gran sensación haber ayudado a salvarle, pero cualquiera hubiera hecho los mismo”, añadió.