En ocasiones la realidad supera la ficción, y si no que se lo digan a Barry Edwards, un simpático aficionado al golf que no podía llegar a imaginar la grata sorpresa que le tenía preparada Facebook una mañana de la semana pasada. Y es que el día empezó como otro cualquiera. Se despertó temprano, desayunó, miró la prensa y echó una ojeada en su red social favorita para ver qué de nuevo tenían por contar sus conocidos.
Bueno, sus conocidos y no tan conocidos. Edwards siente una gran admiración por Rory McIlroy, usuario bastante activo en esta social network, e intercambia algún mensaje que otro con el norirlandés cuando éste escribe hace alguna actualización en su perfil.
Dio la casualidad que ese día el deportista europeo acababa de publicar una foto en la que mostraba uno de sus palos. Ni corto ni perezoso Edwards aprovechó la coyuntura para pedirle un favor al actual número 3 del mundo: “Bonito palo. Pd: Todavía sigo necesitando un nuevo driver. ¿Hay alguna posibilidad de conseguir uno de tus viejos Nike, colega?” Y sí, le llama colega. Es lo que tiene estar semanas y semanas persiguiéndole con la misma cantinela, que se permite tomarse algunas licencias.
Lo que no se esperaba es que Rory le respondiera, y ni mucho menos que lo hiciera en los siguientes términos: “Por supuesto. Te enviaré un Covert driver de Nike. ¡Me fue de gran ayuda! Mándame tu dirección por mensaje y mi equipo se pondrá manos a la obra con el envío”. Edwards no daba crédito a lo que acaba de leer: “¿¿En serio?? Sólo estaba bromeando, aunque te estaría tremendamente agradecido porque el mío va a cumplir ocho años y se le ve realmente cansado”.
La siguiente contestación del golfista no dejó lugar a dudas, le iba a enviar el palo: “No es una broma. Mándame tu dirección y te mandaré uno. Eso sí, no te puedo garantizar que con él vayas a pegar golpes de 320 yardas”. Y es que éste fue el modelo usado por Rory para conquistar The Open en 2014 tras golpear durante los cuatro días más de 300 yardas de media desde el tee de salida.
Nunca un mensaje de broma pudo tener un mejor final.