Siempre se ha comentado esa máxima que reza que el golf es un deporte de caballeros y, como tal, tiene que hacer cumplir su palabra sobre todas las cosas –y más aún en lo referente a las apuestas-. El pacto entre caballeros, como narró Joaquín Sabina en su ya célebre canción, es un acuerdo entre las partes, un sinónimo de contrato sin papeles por en medio que se ha de cumplir a rajatabla si se quiere conservar el honor. Es por esto que, la gran mayoría de veces, este trato se lleva a buen puerto, aunque el resultado no sea muy beneficioso para una de las partes.
Es lo que ha sucedido esta semana entre el Old Course de Saint Andrews y el Pinehurst Resort con motivo de la Ryder Cup que el país de las barras y estrellas ha sido capaz de dejar en casa. Y es que hace no mucho tiempo ambos complejos se retaron con una apuesta que se ha tornado en pesadilla para los intereses de la conocida como cuna del golf. En ésta, los dos complejos arrojaron el guante para albergar durante un día en uno de sus hoyos una bandera del enemigo en el caso de que el contrario saliera victorioso de la cita por equipos.
“Si Europa gana, Pinehurst ondeará en su hoyo número 2 la decimoctava bandera del Old Course; si lo hace América, la bandera del hoyo número 2 de Pinehurst ondeará en el 18 del Old Course”, manifestaba uno de los últimos tweets del campo norteamericano. Y dada la victoria del Team USA por 17 a 11, el lunes se dio la segunda de las opciones, algo que llenó de satisfacción al complejo situado en Carolina del Norte.
“Es un día fantástico en St.Andrews”, publicó en su perfil de Twitter, al mismo tiempo que enlazaba un vídeo sobre el hoyo 18 de St. Andrews con la bandera de Pinehurst. Y es que los pactos están para cumplirse, y más si son entre caballeros.
It’s a beautiful day in Scotland.#RyderCupWager
Great thanks, @TheHomeofGolf. We will honor the Old Course here today. More to come. pic.twitter.com/AA4G9ZRAGJ
— Pinehurst Resort (@PinehurstResort) 3 de octubre de 2016