Si Tiger Woods montara un circo en estos momentos nadie dudaría de que le crecieran los enanos. Y es que el californiano no solo tiene que lidiar con las sesiones de rehabilitación y con sus molestias de espalda, sino que en los últimos meses ha tenido que hacer frente a la ya conocida denuncia policial por conducir bajo los efectos de medicamentos no prescritos y, ahora, con un nuevo escándalo que ha salpicado tanto su imagen como la de Lindsay Vonn, su anterior pareja. Y es que un hacker ha conseguido entrar en el teléfono móvil de la esquiadora olímpica y ha mostrado a través de una página web fotografías bastante comprometidas de ambos cuando todavía compartían una relación sentimental.
Las imágenes, difundidas por un portal web al que llevan reiterando desde hace varias horas la eliminación de las mismas, se encuadran dentro del conocido como celebgate, que ya ha provocado que multitud de celebridades del mundo del espectáculo se vean sometidas a chantaje para evitar que sus archivos más comprometidos vean la luz. Sin embargo, tanto Tiger como Vonn ya han manifestado su deseo de no caer en coacciones y han puesto el asunto en manos de la justicia.
“Es una invasión escandalosa y despreciable de la privacidad que alguien robe e ilegalmente publique fotos íntimas”, señaló un portavoz de Vonn a la revista People. “Lindsey tomará todas las medidas legales necesarias y apropiadas para proteger y hacer valer sus derechos e intereses. Creemos que tanto las personas responsables de hackear sus fotos como los sitios web que alimentan esta conducta detestable tendrían que ser procesados”, sentenció.
Pero no solo la parte de la esquiadora ha puesto el grito en el cielo. Michael Holtz, abogado de Tiger, ha amenazado con demandar al sitio web si no eliminan las fotos a la mayor brevedad. Esto no hace sino poner otro capítulo más en el ya de por sí verano horribilis del golfista.