Por fin ha quedado revelado uno de los últimos misterios que quedaban pendientes del pasado Masters de Augusta. Nos referimos al viaje exprés al cuarto de baño que realizó Danny Willett justo cuando se produjo el descalabro de Jordan Spieth en el hoyo 12 y que le otorgó el liderato en solitario el inglés. Y no, para los mal pensados no es que la emoción le provocara turbulencias estomacales. Esto al menos fue lo que explicó en una entretenidísima entrevista concedida recientemente a los compañeros del diario The Telegraph.
“Sí, puede parecer raro que hiciera eso a falta de solo tres hoyos por disputar, pero es que realmente lo necesitaba. Si hubiese estado de regreso a mi casa probablemente hubiera parado en un árbol del camino, pero en Augusta, obviamente, no puedes hacer eso”, afirmó el deportista británico.
“La verdad es que este parón me sirvió de mucho. Me quedé allí un buen par de minutos reflexionando sobre lo que acababa de pasar y eso me sirvió para hacerme un esquema mental de la situación. Me dije a mí mismo que con cinco buenos swings la victoria estaba en el bolsillo… Y así fue”.
Willett consiguió el birdie en el 16 y dos pares en las dos últimas banderas para sellar una remontada mágica y volver a izar la bandera inglesa en el Augusta National 20 años después desde que lo hiciera por última vez Nick Faldo. Y claro, conseguir la victoria en un Grande le ha conllevado una serie de obligaciones que antes no tenía –o al menos no en tanta cantidad-, como responder a las cartas del Primer Ministro inglés David Cameron, Jack Nicklaus y Arnold Palmer o comenzar a firmar a diestro y siniestro banderines para los miles y miles de nuevos fans alrededor del mundo. Veremos si puede extrapolar estas sensaciones positivas el próximo mes en Oakmont.