Esta semana está siendo un auténtico quebradero de cabeza para los organizadores de eventos. Si hace unos días hablábamos de que el Kasumigaseki CC, sede de las competiciones de Golf en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, podría perder este privilegio como consecuencia de la postergación de la votación sobre la admisión de miembros femeninos, ahora es el turno de la Ryder Cup 2022. Y es que según la agencia de noticias Associated Press, la partida presupuestaria reservada a la celebración del evento por antonomasia de este deporte ha sido retirada por parte del Senado del país transalpino.
En una decisión sorprendente a todas luces para quienes trabajaron incansablemente en este proyecto durante tanto tiempo, el órgano político italiano elevó este miércoles una enmienda para retirar los 97 millones de euros concedidos inicialmente para albergar la competición, un dinero vital para que el Marco Simone Golf de Roma siga con el torneo en su calendario.
“La Ryder Cup es y sigue siendo una gran oportunidad de negocio para el país”, manifestó Andrea Marcucci, presidenta del comité de cultura y deporte del Senado. “Espero que el gobierno encuentre una solución con la que responder rápidamente a los requisitos solicitados por los organizadores. Quiero recordar a todos que este evento tiene un considerable impacto económico tanto por la actividad de los aficionados como por los derechos televisivos”, sentenció la política.
Esta decisión se venía barruntando en los círculos cercanos del consistorio romano desde hace unos cuantos meses debido a la crisis económica por la que está pasando la capital italiana –y que ya se llevó por delante la candidatura a los Juegos Olímpicos de 2024-. El tiempo se les echa encima y, en el caso de no encontrar a ninguna empresa privada dispuesta a desembolsar los casi 100 millones de euros en concepto de presupuesto, la organización del torneo volará a otra sede europea. ¿A alguna de las candidaturas que quedaron pendientes? ¿España? ¿Alemania, quizás? Todavía es pronto para saberlo, pero lo que es seguro es que Roma tiene encima una papeleta de difícil solución.