Comienza a no ser noticia ver la foto de Yani Tseng levantando un trofeo, y eso tiene sus lecturas. La taiwanesa acaba de subir a su casillero el título decimotercero en el LPGA Tour, tras vencer el domingo en Tailandia en uno de los torneos cinco estrellas del calendario.
A los 23 años, la jugadora asiática ya acumula cinco torneos de ‘Grand Slam’, dos conseguidos el año pasado (el Campeonato de la LPGA y el Open Británico). El 2011 fue especialmente prolífico para esta jugadora, cuyo talento es un torrente con un inagotable caudal: acumuló doce triunfos por todo el mundo y lideró la lista de ganancias en los Estados Unidos. Con la reciente de Tailandia son ya 33 sus victorias profesionales.
Tseng lleva el camino de superar con claridad los registros y la huella de la última gran golfista que maravilló al mundo por su incontestable hegemonía, la sueca Annika Sorenstam.
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Tal fue el poderío de la nórdica Sorenstam que llegó a medir sus fuerzas en torneos masculinos. Annika lideró el ránking durante años y solo su retirada prematura dejó el camino libre a la mexicana Lorena Ochoa, la última gran estrella del golf femenino jubilada precozmente por los pálpitos de su corazón y los posteriores deseos de ser madre ejemplar.
La boda de Ochoa se solapó rápidamente con la erupción de Yani Tseng. La imagen de la taiwanesa comienza ya a cotizarse, más aún en su país de origen en donde se producen y manufacturan gran cantidad de productos, sobre todo del sector tecnológico.
El liderazgo de Tseng en el ránking mundial es asombroso. Promedia 15.81 puntos y la segunda clasificada, la noruega Suzann Pettersen, lleva 9.
Entre ellas, las dos mejores golfistas del ránking, se ha abierto un mundo. Esta melodía suena igual a la que surgió de la incontestable hegemonía que ejerció Tiger Woods durante la década pasada.
Sin embargo, Tiger, a los 23 años, solo había ganado uno (Masters) de los 14 ‘Grandes’ que posee. Tseng, por el contrario, ya acumula cinco y por lo visto en el Siam Country Club de Chonbury, en Tailandia, esta golfista exhala un perfume absolutamente de leyenda.