Seguro que se han encontrado en alguna situación similar más de una vez. Una bola en difícil escenario para ser jugada, con el obstáculo de agua cercano. Y entonces sintieron una iluminación. “Ya sé, trataré de chipear para dejarla en green y tener un putt fácil para salvar el par. No puede ser tan complicado, a fin de cuentas lo veo casi todas las semanas en televisión”, piensan. Craso error. Se preparan para el golpe, lo ejecutan y… ¡oops!
No solo el impacto no es bueno, sino que la pelota –esa a la que tanto habían rezado unos minutos antes para que no cayese al agua- sale tan mal que acaba retrocediendo hacia el hazard. Tranquilos, nos ha pasado a todos. Lo gracioso es comprobar la cara del jugador en ese momento. Todo un poema.
— The Club (@theclub) 21 de marzo de 2017
