¿A quién se le ocurre ponerse a dos metros de un tipo que apenas maneja el driver y esperar que la bola pase por entremedio de las piernas? Por lo visto este chaval tenía mucha confianza en su amigo (parece mentira) y fue por lana y salió trasquilado. Y es que en el intento de gracieta, la bola impactaba fuertemente en la espinilla derecha del joven produciéndole un tremendo hematoma, herida que podía haber sido mucho peor tras ver las imágenes.
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