No es nada fácil, incluso diría que es imposible que durante las 4 horas y media o 5 que dura un torneo o una partida de golf podamos mantener la concentración en todo momento. Acabaríamos exhaustos y con un dolor de cabeza terrible. Nuestro cerebro no está preparado para realizar grandes esfuerzos mentales de manera continua. La neurociencia ha demostrado que el cerebro utiliza entre el 60%-80% de consumo energético de la actividad mental en lo que se llama “la red neuronal por defecto”, que no es ni más ni menos que todos los recursos mecanizados que ya tenemos aprendidos para realizar nuestras funciones en el día a día. Y esto va desde aspectos vitales como respirar, hacer la digestión, sudar… así como otros más complejos como escribir, andar en bici, leer, tocar un instrumento, etc. Todo lo que hemos repetido constantemente en nuestra vida se va acumulando en esta gran Red Neuronal. Esto hace que el cerebro cree automatismos que nos permitan realizar muchas actividades de manera automática “sin tener que pensar”. Este sistema tan perfecto tiene una red neuronal con numerosas conexiones entre sus componentes, lo que hace que podamos saltar de una actividad a otra sin ningún esfuerzo.
Luego está nuestro centro del sistema ejecutivo. Este se activa cuando la actividad que estamos realizando aún no está registrada en nuestra red neuronal por defecto. Esta red gasta únicamente un 5% del consumo energético de nuestro cerebro, dado que en nuestro día a día el 80% de nuestra actividad está en modo “automático”. Por eso, un niño que aprendió a jugar al golf a los 4 años, realiza un swing natural y sin esfuerzo, pues lo automatizó o como se suele decir “una vez que aprendes a andar en bici ya nunca se olvida”. Los profesionales habitualmente no piensan cómo subir el palo, cómo poner las muñecas o cómo cambiar los pesos cuando van a golpear la bola, eso ya lo tienen automatizado, gracias a su entrenamiento diario. Un profesional en competición debe concentrarse en su estrategia, su colocación, el palo adecuado, el viento, la posición de bandera o de la bola. Realmente tiene que observar sus sensaciones en cada golpe y ejecutar de manera automática.
Vamos a partir desde una base que considero fundamental en este tema. Observar las sensaciones no es pensar, simplemente, es tratar de hacer un chequeo rápido de mi cuerpo y de mis estímulos externos. Cómo están mis apoyos, hacia dónde tengo el peso en el stance, observar la tensión existente en mis brazos, piernas o espalda, qué sensación tengo del palo en mis manos, etc. Simplemente se trata de observar y de encontrar la sensación de estar en presente y de nuevo, no pensar. Y dirás, esto es muy difícil o incluso una quimera. Y es cierto, como toda habilidad, esto se entrena y se hace en la cancha de prácticas. Pero piensa que cuando perdemos el famoso “ritmo”, lo que realmente hemos perdido son las sensaciones. Te propongo que comiences con un sencillo ejercicio que puedes hacer cada vez que vayas a dar unas bolas. Espero que te funcione.
FASE OBSERVACIÓN/ATENCIÓN
1. Después de calentar, colócate en tu posición natural delante de la bola. Si lo prefieres, cierra los ojos y lentamente haz un recorrido por las diferentes partes de tu cuerpo. Empieza por tus pies, simplemente observa cómo se reparten los pesos hacia delante, hacia detrás…Ve subiendo por tus rodillas, observa la tensión de tus muslos, cómo están posicionadas tus caderas, tu espalda, hombros, brazos, cuello, cabeza, manos … Trata de hacer este ejercicio con calma y conectar con las sensaciones, sin juicio, no trates de pensar si está bien o mal. Solo observa y si quieres ajustar algo, simplemente hazlo y vuelve a observar.
2. Puedes ir haciendo este ejercicio en diferentes posiciones del swing. Arranque en la subida, medio swing, ¾ swing…Tómate tu tiempo, hazlo suave, permite observarte. Tu cerebro no va a entender qué estás haciendo y va a tratar de convencerte para que lo dejes. ¡¡¡Ten en cuenta que estás haciéndole consumir más energía de la necesaria y nuestro cerebro es muy ahorrador!!! Simplemente hazlo.
3. Si logras ir conectando con estas sensaciones y creas una rutina, tu cerebro lo registrará y lo podrás hacer de manera automática.
FASE CONCENTRACIÓN
1. Cuando acabes tu chequeo y abras los ojos trata únicamente de concentrarte en la bola y no pensar en ningún factor del swing. Focalízate en sensaciones y los resultados llegarán. Toma una profunda respiración en la subida del swing y suelta cuando ejecutes el golpe.
Haciendo estos sencillos pasos lograrás conectar con el momento presente y concentrar toda tu energía en el golpe más importante, el que vas a dar ¡AHORA! Desde luego partimos de la base de que la preparación mental y emocional tiene que ir de la mano de una buena base técnica y una práctica regular de entrenamiento del golf. Una cosa es saber andar en bici y otra cosa es creer que por ello puedo hacerme 200km en un día. Cada mejora requiere constancia y entrenamiento. Recuerda, incluso en el golf, la atención es un recurso limitado, no la malgastes.
¡¡Si te surgen dudas, preguntas o te gustaría saber algo en especial, no dudes en escribirnos y estaremos encantados de ayudarte!!
David Espinosa es Coach Deportivo y facilitador de procesos en equipos, además de un apasionado del golf e investigador de todo el backstage que implica este gran juego en la parte mental y emocional.