Este jugador que realiza un movimiento muy particular, dejó constancia de que para jugar al golf no se necesita tener un swing ortodoxo ¿o sí?
Por un momento parecía que este jugador en vez de dar a la bola la amartillaría, pero no. Es un swing muy particular que demuestra que a la bola se puede golpear de muchas formas, incluso de las formas más inverosímiles como es el caso que nos ocupa en el que también se mezcla el swing del pescador, o así nos parece, ese que que ejecuta el coreano Ho Sung Choi una vez golpeada la pelota.





