Por un momento parecía que este jugador en vez de dar a la bola la amartillaría, pero no. Es un swing muy particular que demuestra que a la bola se puede golpear de muchas formas, incluso de las formas más inverosímiles como es el caso que nos ocupa en el que también se mezcla el swing del pescador, o así nos parece, ese que que ejecuta el coreano Ho Sung Choi una vez golpeada la pelota.