Si en estos momentos se preguntara a todos los aficionados del golf cuál es el trofeo más difícil de conseguir muchos responderían instintivamente el US Open –y más este año–. El PGA Championship y el The Players también podrían conseguir algunos votos –ambos se jactan de tener campos fuertes y profundos–. Y, quizá, unos pocos también dirían el Masters de Augusta.
Sin embargo, pocos se acordarían del US Amateur, el torneo más complicado a todas luces de conseguir, que se inició a comienzos de semana en el Olympia Fields CC de Illinois, y que cuenta con Jon Rahm como único representante español tras caer eliminado Pep Anglés.
Las razones para considerarlo uno de los eventos más complejos del golf empiezan desde el momento en que alguien busca clasificarse. Para ser partícipe de uno de los 312 puestos en esta gran cita hay que encontrar un torneo de clasificación –que tienen lugar por todo el país–, y jugar unos 36 hoyos maravillosos para ganarse la oportunidad de estar con los mejores amateurs del mundo.
Pero esto no ha hecho más que empezar. Una vez que ha conseguido el privilegio de jugar el evento se disputan dos rondas en el formato Medal Play, donde deberá quedar entre los ¡64 mejores! –nada de entre los 70 mejores y empates como se hace en los torneos del PGA Tour– para poder acceder a la siguiente fase.
¿El premio por pasar el corte? Tener la oportunidad de disputar hasta el domingo un formato Match Play con los jugadores restantes. O lo que es lo mismo, tener la obligación de ganar seis encuentros consecutivos si se quiere levantar el título, con la dificultad que eso implica. Nervios, presión… Poco importa aquí la clasificación global, en un cara a cara puede pasar cualquier cosa.
Arnold Palmer es uno de los afortunados que ha conseguido salir victorioso de este campeonato y lograr la medalla de oro como premio y la custodia del Trofeo Havemeyer para el año siguiente. Jack Nicklaus ganó el US Amateur en dos ocasiones y, por supuesto, es por todos conocida la leyenda de Tiger Woods, que fue tricampeón en la década de los noventa.
Existen también muchos nombres de golfistas que se convirtieron en estrellas siendo profesionales que, sin embargo, no pudieron vencer aquí. Es el caso de Rory McIlroy, Jordan Spieth o Jason Day. Bubba Watson tampoco lo ganó, pero sí otro Bubba (Dickerson, en 2011).
Desde el año 2000 sólo dos vencedores del US Amateur –Ryan Moore y Danny Lee- han conseguido la victoria en eventos del PGA Tour, con lo que el éxito en un sitio tampoco lleva necesariamente al triunfo tras el paso al profesionalismo.
Éste es un evento distinto a los demás, por eso lo convierte en irresistible para los espectadores.