Si tienen problemas para domar el putter no teman, avisen a este hombre y asunto arreglado. Y es que menuda barbaridad perpetró este pasado fin de semana Paul Shadle, un “golfista de fin de semana”, como él mismo se define, en un concurso que tiene lugar anualmente durante el transcurso del Minnesota Golf Show. Este amateur embocó un putt de 36 metros y medio para llevarse a casa nada más y nada menos que una lancha acuática valorada en 75 mil dólares y un cheque en metálico de otros 25 mil.
¿Lo más curioso de todo? Que se clasificó para disputar la final de este peculiar torneo después de embocar otro putt de unos 30 metros. Y todo ello por cinco dólares que le costó la inscripción. Es la primera vez en los 28 años de historia de este evento que alguien reclama el premio. No nos extraña lo más mínimo.