Esta pareja de valientes se armó de valor y se dispuso a pegar unos cuantos golpes en el Victoria Golf Club de la Isla de Vancouver, en Canadá. ¿Que por qué decimos que se armó de valor? Sólo hay que ver unos pocos segundos del vídeo para darse cuenta de la locura que cometieron.
Para empezar era un día horrendo. Cielo gris, lluvias… y lo que es peor, un viento racheado de ¡más de 100 km/h! Claro, pasó lo que tenía que pasar, que en cada golpe el dios Eolo manejaba la bola a su antojo. Eso sí, a heroicidad no les gana nadie. Si esto le sumamos que la música elegida para la ocasión tiene tintes épicos, nos encontramos ante una gran proeza.