La USGA y la R&A actualizan las reglas bajo las que se puede conservar el estatus de amateur

La modificación, que tiene como objetivo adaptarse a los nuevos tiempos, elimina el hecho de poder firmar acuerdos de patrocinio

El órgano rector del Golf en el país americano firma con la R&A un cambio histórico para los amateur.

A nuevos tiempos, nuevas medidas. Bajo esta manida frase han parecido conjurarse tanto la USGA como la R&A, lo dos órganos gestores del Golf, quienes han decidido meterle mano a uno de los temas más recurrentes cuando intentábamos hablar de la necesidad de la modernización de este deporte: qué puede y qué no puede hacer un jugador amateur para poder conservar su estatus como no profesional y, sin embargo, empezar desde bien temprano a labrarse un nombre en el juego. Y es que, como recordarán, hasta la fecha ningún jugador aficionado podía ni siquiera firmar un pequeño contrato de patrocinio sin que ello le ocasionara ganarse el estatus de profesional.

El ejemplo más claro lo vivimos con Tiger, que ya era considerado por muchos como una estrella siendo todavía adolescente, pero que tuvo que esperarse a dar el salto al PGA Tour para poder ser la imagen de una marca y percibir ingresos como tal. A partir de ahora, esto se permitirá. Y es que quedan eliminadas todas las restricciones relacionadas con el patrocinio, incluida la manera en la que un amateur puede beneficiarse de su nombre o imagen. Pero no es la única modificación de una regla que llega para transformar todo lo que conocíamos hasta la fecha.

Así, el mero hecho de considerarse golfista profesional no dará como resultado la pérdida de la condición de aficionado, al igual que la consecución de los premios logrados en competiciones que no sean de tee a hoyo -tales como Hoyos en Uno, drive más largo, bola más cercana al agujero-. Y, lo que muchos consideran más importante, se acabó con la nebulosa que había alrededor entre la aceptación del premio si éste iba más allá del dinero en efectivo. De este modo, todo se clarifica más y sólo se establecen tres condiciones bajo las que se puede perder el estatus:

-Aceptar premios que exceden el límite establecido -permanece en 750 dólares-.

-El cobro por impartir clases -se permite, eso sí, clases unidireccionales mientras se trabaja en una institución educativa, campamento u otro programa aprobado por un organismo nacional-.

-Conseguir un empleo como profesional de un campo o lograr la membresía de una gira o una asociación profesional.

Unas nuevas reglas que han tenido el visto bueno por parte de la NCAA, organizaciones profesionales y ciertos amateurs y que está previsto que entren en vigor el 1 de enero del próximo 2022.