Mª Valle García de Dionisio, un ejemplo a seguir. Se autodescalificó dos días después de jugar el torneo

María Valle García de Dionisio

No es la primera vez que contamos una historia parecida a esta donde se demuestra, una vez más, la honestidad y el juego limpio que, normalmente, rige este maravilloso deporte que es el golf.

En esta ocasión la historia nos llega desde Andalucía, allí una joven jugadora, María Valle García de Dionisio, se autodescalificó, tras acabar segunda, en el pasado Campeonato de la Copa Maestranza, celebrado en el Real Club  de Golf de Sevilla en una prueba puntuable para el Ranking Masculino y Femenino de la Real Federación Andaluza de Golf después de dos días de juego en duras condiciones, donde el viento, el agua y hasta la falta de luz fueron los protagonistas.

En palabras de Concha Villarreal, entrenadora de María, «Todo ocurrió por una mala corrección de su marcadora al rectificar un hoyo que no era y un despiste de la propia jugadora al no revisar al final su tarjeta (estaba cansada de dos días de juego en los que se tardaron más de seis  horas por ronda, terminando de noche con una partida de siete jugadores, con frío y viento) que la llevó a firmar la cartulina con un resultado equivocado».

«Dos días después, al recibir por mensaje la tarjeta, vio que el resultado no coincidía con el realizado en el campo a consecuencia de ese rectificado. Eso no cambiaba nada, ni su segundo puesto, ni su trofeo, pero ella sabía que era descalificación el firmar una tarjeta con un resultado diferente con tres bajo en vez de dos. Nadie se había dado cuenta, quizás nadie se habría enterado jamás», añade Concha.

«Como entrenadora suya que soy y que se como trabaja haga frío o calor, día tras día, le aplaudo con las manos abiertas ganándose aún más mi respeto y mi cariño infinito, más si tenemos en cuenta lo que había trabajado para ese Campeonato, la ilusión que tenia de ganar un puntuable de la Federación… Ella está trabajando muy duro para hacerse profesional. Le doy muchísimo más valor a lo que ha hecho, sin duda todos deberían aprender de actos como este», concluye Concha Villarreal.

María ya ha entregado el trofeo, y lo ha hecho con lagrimas en los ojos. Ella solo espera que más personas sigan su ejemplo para que el golf sea un deporte más limpio y que los padres enseñen a sus hijos el valor real de las cosas. Y una cosa más, la tarjeta hay que revisarla siempre prestando la máxima atención si no queremos que nos ocurra incidentes como el narrado.