Parece mentira que pase tan rápido el tiempo, pero ya se cumplen cincuenta años del aperturismo que vivió España en temas de turismo coincidiendo con los años finales de la dictadura. En aquella época nuestro país se presentaba como una tierra de oportunidades para todos aquellos que buscaban disfrutar de un buen clima y de unas magníficas comodidades en un territorio que se abría al mundo en multitud de sectores, entre ellos el golf.
De esta manera es como se publicitaba la Costa del Sol, un territorio que a finales de los años 60 contaba con seis grandísimos campos de golf –Torremolinos, Guadalmina, Atalaya, Andalucía La Nueva, Sotogrande ¿? y Los Monteros– para atraer a jugadores de todos los puntos de Europa, que se aprovechaban de las enormes conexiones aéreas con este punto de la geografía española para detenerse en una de las perlas del sur. Una publicidad que nos llegaba a través del NO-DO y que nos hace detenernos también en cómo han cambiado los publireportajes hasta nuestros días.