Puede parecer un titular agresivo… Y sí, vale, lo es. Pero no es menos cierto que este es el resumen perfecto de la campaña que ha iniciado un campo de Golf de Inglaterra para deshacerse de unas aves que están sembrando el caos en las instalaciones. No porque ataquen sin ton ni son a los jugadores que caminan por sus calles, sino por los destrozos que están ocasionando en la hierba, pasto de sus picotazos y de sus necesidades biológicas.
El complejo en cuestión es el West Essex Golf Club, un campo ubicado aproximadamente a 15 millas al noreste de Londres, que ha decido cortar por lo sano después de que estas aves estacionales hicieran de este lugar su hogar permanente para pasar el invierno. Una compañía “horrenda”, según palabras de su secretario Alan Kerby en una reciente entrevista concedida a The Sun. Es por esto que desde las oficinas hicieron llegar un mensaje a sus miembros, informándoles de que los equipos de control de plagas habían sido informados de lo sucedido y a la mayor brevedad se iniciaría “una campaña agresiva para tratar de acabar con tres o cuatro gansos por noche”.
Y como era de esperar, a muchos de ellos no les ha hecho ni pizca de gracia que se fuera a acabar con la vida de estos animales -a pesar de que las leyes británicas lo permiten, siempre y cuando estén causando un gran deterioro de la propiedad y se haga “humanamente”-. “No quiero que maten a esas aves en nombre del Golf”, fue el comentario más escuchado por nuestros compañeros.
Pero a pesar de los voces discordantes la ejecutiva ha decido seguir adelante con la medida, siempre poniendo encima de la mesa que se llevará a cabo sin prolongar el sufrimiento de estos gansos del Canadá: “La mayoría de los campos como el nuestro emplean expertos en armas de fuego para los controles de plagas. Tienen todas las licencias”.