En cuanto a récords no hay nada escrito. Las personas, ociosas de aparecer en el libro Guinness, recurren a las más extravagantes maniobras para ser el primero en hacer tal o cual cosa. Y esta pasada semana hemos sido testigos de otra de esas estratagemas al otro lado del mundo, en Nueva Zelanda concretamente. Allí, Brad Luiten, un corredor de maratón de 35 años, ha conseguido superar el anterior registro establecido de hoyos jugados en doce horas. ¿Se imaginan cuántos pueden ser? ¿70? ¿80? ¿100? Frío, frío. Ni más ni menos que la inquietante cifra de 237 –si, unos tres minutos por bandera-.
Según las informaciones que llegan desde el segundo país más poblado de Oceanía, este hombre llevó a cabo la hazaña con solo un hierro 6 en las manos. De esta guisa recorrió para arriba y para abajo el Helensville Golf Club de Kaukapakapa durante el equivalente de 13 rondas de juego, destrozando el anterior registro marcado por un canadiense en 2005, que en el mismo tiempo “solo” pudo finalizar 221. Y no, no se trata de un campo de pitch and putt, que muchos lo están pensando. Sus 5,85 kilómetros de recorrido han hecho que en medio día el neozelandés se haya cascado la friolera de 76 kilómetros en las piernas.
Nada nuevo para Luiten, que ya disponía del récord de completar con el tiempo más rápido una prueba de 10 kilómetros de maratón en muletas. Aunque todo tiene un porqué. Y es por una buena causa. Mediante esta acción, Luiten quiere concienciar a la población sobre la necesidad de investigar sobre el cáncer de intestino, una de las grandes causas de mortalidad en su país. Nueva Zelanda es uno de los países a nivel mundial con mayor índice de mortalidad por esta enfermedad y, sin embargo, la fundación apenas tiene medios para conseguir financiarse. Es por esto que Luiten ha hecho un llamamiento a todos para implicarse en un problema que, directa o indirectamente, también les afecta. Y es que esta proeza bien vale unos cuantos dólares.