Este grupo de amigos estuvo a punto de vivir una desgracia cuando las llamas de la pelota se extendieron a la vestimenta del jugador, que no encontró otra solución que zambullirse en el agua cercana
Como suele decirse en este tipo de situaciones: los experimentos, con gaseosa. Y no es para menos, pues esta gracia podría haber tomado tintes trágicos en un abrir y cerrar de ojos. ¿A quién se le ocurre prenderle fuego a una bola de Golf e intentar golpearla estando rodeado de elementos inflamables? Este grupo de amigos pareció no darse cuenta –o eso queremos creer- y le dejó a uno de ellos el marrón de llevar a cabo el truco.
Y la cosa, como era de esperar, no salió bien. Al realizar el swing, los rescoldos comenzaron a volar, con la mala fortuna que uno de ellos fue a parar a la camiseta y al pantalón del jugador, que no pudo hacer otra cosa que comenzar a correr y tirarse al agua para sofocar las llamas. ¿Que qué hicieron sus amigos mientras tanto? Reírse a base de bien.





