El temple de Martin Kaymer salió a relucir en el hoyo 17 del TPC Sawgrass durante la ronda final de THE PLAYERS cuando no le tembló el pulso en este putt decisivo desde una distancia de casi diez metros.
El alemán lo embocaba recordando a aquel en Medinah con el que el equipo europeo empataba en tierras estadounidenses para traerse la Ryder Cup de nuevo a Europa.
El golpe fue considerado por el PGA Tour como el golpe del día.





