Es muy posible que esto ocurra una vez en un millón de golpes. Solo hay que ver la cara de Rasmus Højgaard (12-03-2001) cuando vio como terminaba su golpe (golpazo) en el hoyo 16 para darse cuenta que lo ocurrido no era normal. Y es que la bola fue directa al hoyo desde la calle, pero en lo que parece coger el efecto desde dentro de la misma cazoleta, la bola sale despedida hasta el rough. Uno de los golpes con más mala suerte del año.