La noticia adelantada hace unas horas acerca de la retirada de la candidatura de la LIV Golf League a poder entrar en el OWGR ha pillado a todos con el pie cambiado. Y es que, a pesar de tratarse de algo sabido, no es menos cierto que ahora todos nos tenemos que hacer a la idea de que la presencia de los jugadores de la liga saudí en los grandes torneos se producirá -salvo giro en los acontecimientos- a través de invitaciones puntuales.
De esta manera, lo sucedido en las últimas semanas con Joaquín Niemann -quien ha recibido exenciones especiales tanto para jugar el Masters de Augusta como el PGA Championship– se convertirá en la tónica general. Una situación extraña, pues se ha de dotar de normalidad una figura que a todas luces resulta excepcional. Sin embargo, parece ser que se ha llegado al consenso de obsequiar a los jugadores del LIV con estas invitaciones hasta que pueda solucionarse la situación a través de las negociaciones entre el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudí y el PGA Tour.
Y, por otra parte, es algo que agradecen los propios jugadores afincados en los circuitos tradicionales. Es el caso de Adam Scott, quien se encuentra esta semana en Orlando para la disputa del Arnold Palmer Invitational, que recalcó la importancia de que los mejores jugadores del mundo se encuentren en los Majors. “A largo plazo necesitamos que se produzcan esas invitaciones”, afirmó el australiano. “Después de todo, es una figura de la que disponen los Grandes. Igual lo que habría que discutir es la cantidad, pero tienen derecho a repartirlas”, señaló.
Unas declaraciones que no hacen otra cosa que meter más presión a unas conversaciones que no cuentan todavía con una resolución clara.
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