Una de las grandes dificultades con las que un jugador se puede tropezar en un campo de golf y más concretamente en un búnker, es encontrarse con la bola hundida en la arena, lo que vulgarmente llamamos «huevo frito». Es lo que le sucedió a Adrian Meronk durante el Korea Championship, dificultad que el polaco salvó con maestría con un soberbio golpe con el que logró salvar el par. Sin duda una de las grandes recuperaciones de la semana.
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