Ya lo podemos decir bien alto: tendremos a un español en la final del Paul Lawrie Match Play el domingo por la tarde. Tanto Adrián Otaegui como Alejandro Cañizares hicieron sus deberes en sus partidos de cuartos de final y se citan para la matinal dominical con muchísimo en juego. Y es que quien consiga la victoria estará a solo 18 hoyos de sumar un nuevo triunfo para España en esta impresionante temporada.
Ahora bien, no fue nada fácil. Como sucediera en el encuentro de octavos ante el irlandés Paul Dunne, Alejandro Cañizares tuvo que irse hasta más allá del 18 para conseguir su clasificación. Fue en el 21 donde, tras convertir un putt de apenas metro y medio, consiguió deshacerse del inglés Chris Paisley, que batalló sin descanso desde el comienzo de un encuentro que tuvo varias fases diferenciadas. Una hasta el hoyo 4, en la que el británico se mostró intratable para tomar una ventaja de dos hoyos; otra, a partir de aquí.
El madrileño se puso el mono de faena e incluso llegó a darle la vuelta al marcador tras consumar el birdie en el 13, algo que contrarrestó Paisley con otro birdie en el 15. El partido estaba destinado a una muerte súbita que sonrió al capitalino. Puño al aire y se citará con el donostiarra por un puesto en la final. Y es que Otaegui ya había conseguido minutos antes la gesta ante el alemán Alexander Knappe, al que derrotó por 2&1.
El vasco, que solo fue a remolque en la primera parte del recorrido, demostró una grandísima pegada en los tres primeros hoyos de la vuelta para, con dos birdies y un eagle, distanciarse del golfista germano, quien fue otro mero espectador –y van cuatro-de la gran semana de juego del español. Así pues, ya tenemos a los cuatro jugadores de los que saldrá un ganador en la tarde del domingo: el sueco Johan Carlsson y el alemán Marcel Siem, primera semifinal, y el duelo fratricida entre Otaegui y Cañizares, segundo encuentro de la penúltima ronda del torneo.