Si hasta a los profesionales pegan un golpe al aire a veces, ¿por qué no le iba a suceder a los aficionados? El pasado domingo el protagonista fue el estadounidense Daniel Berger, que después de llevar su bola a la zona de los árboles intentó –sin mucho éxito- devolverla a la calle. Y decimos sin mucho éxito porque en el backswing toco la corteza del árbol y esto le desvió de su trayectoria inicial.
“Simplemente lo hice”, respondió el jugador de Florida al finalizar su ronda. Y es que la cara de los espectadores al ver que la pelota seguía en el mismo sitio al realizar el swing fue todo un poema. Berger, sin embargo, fue tan tranquilo a su bolsa para cambiar el palo. Nadie es perfecto.
Air ball, part deux. pic.twitter.com/o1kcoekw4I
— Skratch (@Skratch) 5 de agosto de 2017