Pocos contaban hace unas horas con este duelo final en el Quicken Loans National, pero si había dos jugadores en la parte alta que se lo hubiesen merecido más que nadie eran ellos dos. El mexicano Abraham Ancer (62 golpes, -13) y el italiano Francesco Molinari (65 golpes, -13) -al que al final le va a salir a cuenta haberse ausentado del Open de Francia– se verán las caras en el último encuentro del evento estadounidense sobre la hierba del TPC Potomac después de bordar el Golf en la jornada del movimiento con sendas vueltas por debajo del par.
Y qué vueltas. Tanto el americano como el europeo acumularon una gran cantidad de birdies –ocho el primero y seis el segundo- con los que subieron poco a poco las posiciones y se quedaron en una situación que invita al optimismo en un campeonato en el que aparecen rodeados de jugadores estadounidenses. Especialmente impactante fue lo de Ancer, que no tuvo piedad de los greenes después de unas estadísticas de otro planeta.
Porque al 85 por ciento de calles cogidas y al 83 por ciento de greenes en regulación, hay que sumarle los casi 2,5 golpes ganados en los greenes respecto a la media del campo, números que le invitan a soñar con su primera victoria en el PGA Tour. Aunque ninguno de los dos debería cantar victoria todavía, pues Zac Blair (66 golpes, -11), Ryan Armour (68 golpes, -11) y Andrew Landry (65 golpes, -10) están también con dobles dígitos y una gran ronda les puede dejar al borde de levantar el trofeo.
El que también tiene motivos de sobra para estar feliz es Tiger Woods (68 golpes, -7), que ha vuelto a bajar de los 70 impactos por segundo día consecutivo gracias a una ronda con seis birdies y cuatro bogeys y se ha metido de lleno en el Top 10 del evento. Todavía se encuentra algo lejos, pero quién sabe lo que nos puede deparar el último día de competición.