A las doce en punto de la mañana, todo el recorrido del Club de Golf de Terramar se sumió en un emotivo silencio, un minuto de ofrenda, consideración y respeto hacia una jugadora de gran proyección que bien podría haber disputado, ahora o en un futuro próximo, un torneo de esta categoría profesional.
Muchas lágrimas y sentimientos profundos de incomprensión, consternación y cariño se repartieron a lo largo de los 18 hoyos del recorrido de Sitges, con el hoyo 15, frente a la casa club, como punto neurálgico de una honda demostración de afecto, con el green completamente rodeado por jugadoras y aficionados al golf unidos en un alargado abrazo conjunto.