Grandísimo día de golf para Gonzalo Fernández-Castaño (68 golpes, -3), quien se ha puesto el mono de faena para sellar el corte en el Valero Texas Open que se está disputando sobre el TPC San Antonio. El jugador madrileño, que ya pasó al fin de semana en el último torneo jugado –el Puerto Rico Open de finales de marzo-, pone así una nueva piedra en su intento por renovar la tarjeta, algo que tendrá que seguir peleando durante los últimos 36 hoyos para sumar cuantos más dólares mejor.
Y eso que no empezó nada bien la ronda del viernes, con un tremendo lío desde el rough que le acabó costando un doblebogey en el 1 que le ponía las cosas un poco más difíciles. Sin embargo, lejos de venirse abajo, el español se encorajinó y comenzó a sumar aciertos con uno de sus mejores días de la presente temporada con el putter en las manos –2,99 golpes ganados en la ronda por encima de la media de los jugadores del campo en las inmediaciones de bandera-.
Unos increíbles números que le facilitaron la labor de lograr siete birdies con los que entregó una tarjeta de cuatro golpes por debajo del par, situándole en un más que meritorio T26 en la tabla, a solo cinco golpes de los estadounidenses Bud Cauley (66 golpes, -8) y Tony Finau (65 golpes, -8), líderes tras estos primeros 36 hoyos en suelo texano.
Cauley, quien llega la cita tras conseguir en el Heritage su segundo Top 10 del curso, basó su juego en una enorme eficacia con el putter en las manos y con seis birdies sin error se ha plantado en el partido estrella de la jornada del movimiento, un encuentro que disputará con el también norteamericano Finau, que ha llenado de colores la tarjeta tras un día en el que los hierros le funcionaron a las mil maravillas.
Ocho birdies, un eagle y tres bogeys fueron los resultados del jugador de Salt Lake City, unos números que le invitan a soñar con la que sería su segunda victoria en el PGA después del Puerto Rico Open del año pasado.