Es lo que tienen los grandes jugadores, que en cualquier momento pueden darle la vuelta a la tortilla de una forma que hace que nos frotemos los ojos. Y si no miren lo que le sucedió el pasado sábado a Dustin Johnson, que tras cometer un bogey en el hoyo 11 y estar en el momento más tenso del día después de enviar la bola al rough desde el tee del 12, sacó la magia que atesora.
El norteamericano llevó a cabo un approach rodado desde 65 metros para intentar que la bola no se fuera por detrás del green y le salió a las mil maravillas. La pelota fue botando hasta que se aproximó a la altura de bandera y entonces aterrizó para llegar rápidamente al fondo del agujero. DJ, poco dado a las celebraciones efusivas, levantó el dedo. Este eagle fue el punto de inflexión de una ronda que terminó con tres birdies más en su haber y un liderato del que ya no se bajaría.