Si hay un jugador en los últimos años que ha sido el abanderado de la expresividad en la gira americana, ese ha sido Billy Horschel. El que se convirtiera en 2014 en campeón del Tour Championship, que participará esta semana junto a Sam Burns en el Zurich Classic que tendrá lugar desde este jueves en el TPC Louisiana de Nueva Orleans, compareció hace unas horas en rueda de prensa tras el cuarto puesto logrado hace un año para responder a preguntas de todo tipo. Aunque si nos tuviéramos que quedar con una sería la relacionada precisamente con lo comentado a comienzos del presente párrafo, que acabó generando un gran debate.
Y es que cuestionado sobre si debería obligarse a “bajar el tono” para no descentrar a su pareja de cara al torneo, Horschel hizo un ejercicio de madurez mental para explicar qué es lo que le ocurre mientras está en plena disputa de un campeonato. “A decir verdad, en este evento por parejas siempre soy capaz de sacar lo mejor de mí. No sabría explicar por qué, pero estaría encantado de poder llevar ese estado a otros torneos de la gira. Sin embargo, siento que me presiono demasiado en otros eventos”, señaló el jugador de Florida.
Horschel conoce cuáles son sus defectos en el campo, pero reconoce abiertamente que ha dejado de buscar excusas: “Mi juego es como es. No voy a decir que me gusta, porque estaría mintiendo. Envidio a jugadores como Scottie Scheffler y muchos otros que pegan malos tiros, que no están jugando nada bien y que no son capaces de tener un mal gesto. Están disfrutando e incluso riéndose. Yo no soy capaz y muchas veces exploto. Me he disculpado muchas veces, y lo seguiré haciendo, pero quiero que la gente entienda que todos no estamos cortados por el mismo patrón”, añadió, momentos antes de dejar una reflexión.
“Este es mi trabajo y la forma que tengo de ganarme la vida. Tengo curiosidad por ir al trabajo de otra persona y ver cómo reacciona cuando no le están saliendo las cosas. Quizás no puedan tirar un palo porque no están en el entorno apropiado, pero seguro que también muestran la frustración. He intentado mejorar durante años este aspecto y, honestamente, a quien no le guste me importa lo más mínimo. He estado trece años tratando de complacer a los que me observaban y ya he hecho todo lo que estaba a mi alcance”, sentenció.
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— Zurich Classic (@Zurich_Classic) April 18, 2022