¡Qué poco tiene que ver la primera jornada que hemos vivido en La Quinta con aquella de la que fuimos testigos hace siete días en Hawái! Y es que lo que hace una semana eran continuas rachas de viento y lluvia por doquier se ha transformado en un tiempo espectacular para la práctica del Golf. Un hecho que ha fomentado el enorme atasco que tenemos en estos momentos en las primeras plazas del campeonato, donde hasta 36 jugadores se encuentran en un margen de tres impactos de distancia y en el que los estadounidenses Zac Blair (64 golpes, -8) y Grayson Murray (64 golpes, -8) han dado el primer golpe encima de la mesa.
E incluso podía haber sido mejor para Murray, quien cometió un bogey en la última bandera de su vuelta que le privó de haberse marchado a Casa Club con un resultado extraordinario de nueve birdies sin fallos. Un tripateo fue suficiente para hacerle empatar en lo más alto con un Blair que se aprovechó de una segunda parte de recorrido realmente buena -entregó aquí cinco birdies de forma inmaculada- sobre la hierba de La Quinta que le permitió aventajar en un impacto a Rickie Fowler (65 golpes, -7), nombre más importante de todos cuantos se encuentran a la zaga.
Y todo esto en una zona noble donde el único europeo que ha osado interrumpir la hegemonía de las barras y las estrellas ha sido el escocés Russell Knox (66 golpes, -6), al que los siete aciertos y el error le han ocasionado terminar con seis impactos por debajo del par, en una plaza más que confortable para luchar los próximos días. En cuanto a Phil Mickelson (70 golpes, -2), el gran anfitrión de este American Express, se ha quedado momentáneamente en una posición en mitad de tabla y necesitará darle un acelerón a su cartulina el viernes para no descolgarse de la parte alta.