Por si el jugador australiano no tuviera suficiente con no haber pasado más que un corte desde que comenzara la temporada en el PGA Tour –tan solo jugó durante el fin de semana en el CareerBuilder Challenge de los siete eventos en los que ha sido de la partida, aunque la racha se remonta hasta el US Open-, un nuevo escándalo le ha salpicado en su decepcionante año. Y es que en la madrugada del jueves al viernes en Arizona, Steven Bowditch fue detenido por la policía tras haber recibido ésta un aviso por radio de que un coche blanco estaba haciendo zigzags por toda la carretera.
Al llegar al lugar de los hechos, aproximadamente a la una y diez de la madrugada, las autoridades se encontraron con un vehículo de cortesía en marcha, parado entre dos señales de tráfico y con el conductor durmiendo en su interior. Tras despertarle la sorpresa fue mayúscula: se trataba de Bowditch, doble campeón en el PGA Tour. Aunque el asombro fue mayor cuando se le sometió a la prueba de alcoholemia. En ésta, el golfista oceánico de 33 años de edad dio un resultado de 0.2 gramos por litro en sangre, muy por encima de los 0.08 permitidos en el estado.
Tras proceder a la denuncia por conducción extrema bajo los efectos del alcohol –algo que le puede acarrearle una sanción de al menos 2500 dólares y hasta 30 días de cárcel-, el deportista fue conducido a la penitenciaría de Scottsdale City, de donde salió el viernes por la mañana después de abonar la fianza respectiva. Desde allí, corriendo al TPC Scottsdale para jugar la segunda jornada del evento -en la que perdió el corte- para, acto seguido, reunirse con los funcionarios del circuito y explicarles su versión de los hechos.
“El jueves por la noche fui a cenar con Boo Weekley. Comimos y bebimos. De hecho, cuando Boo se marchó, yo estaba bien”, afirmó el australiano, que se mostró arrepentido por lo sucedido en las últimas horas. “Me gustaría pedir disculpas a mi familia, amigos y seguidores, así como al PGA Tour y al Phoenix Open. Como tengo la intención de cooperar plenamente con las autoridades, no haré más declaraciones al respecto”, sentenció. Y es que a perro flaco todo son pulgas.