Hace ya unos cuantos meses el circuito europeo incorporaba a su modus operandi un signo distintivo que le iba a permitir contar con un sello propio. Las entrevistas a los jugadores en mitad de las rondas de juego -a pesar de no contar con el beneplácito de algunos protagonistas- parecían funcionar a la perfección con su cometido: dotar a los espectadores de información de primera mano acerca de cómo se estaba desarrollando la vuelta. Sin embargo, este pasado viernes fuimos testigos de un episodio que podría cambiar la manera en la que se enfoca esta característica única en el mundo del deporte.
Su protagonista fue, el a la postre ganador, Graeme McDowell, quien atendió con simpatía las preguntas del periodista del European Tour que le colocó el micro delante durante el transcurso de la ronda del viernes. Tras finalizar con el protocolo habitual, el norirlandés se colocó delante de la bola y, cuando iba a llevar a cabo el disparo, un oficial se le acercó para comentarle que había tardado demasiado en realizar el golpe y le advertía por juego lento -recordamos que con la nueva normativa interna de la gira si un jugador es advertido dos veces durante la semana, la segunda acarrea un golpe de penalidad-.
Así pues, G-Mac iba a estar dos rondas pensando en que la más mínima demora podía acarrearle una sanción. “Solicité un tiempo muerto tras el disparo, pero el árbitro no estaba dispuesto a darme margen”, confesó el europeo unos minutos después de entregar la tarjeta. “La sanción me hizo variar el ritmo durante unos cuantos hoyos. Me decepcionó que me advirtieran, pero he de asumirlo”, continuó el veterano jugador, que no quiso entrar en la polémica de si la entrevista le había acabado perjudicando.
El que sí que lo hizo fue Brooks Koepka, que entró de lleno en la polémica y confesó que nunca formaría parte de este juego en mitad de su trabajo. “No conozco ningún otro deporte que haya entrevistas en mitad del juego. Ni fútbol americano, ni baloncesto… Este es el único deporte que hablas con los protagonistas mientras juegan. Yo, lo siento, pero no lo haré nunca. No estoy interesado en contar lo que acaba de pasar o la dificultad de las banderas que tengo por delante. En esos momentos estoy concentrado en la bola”, afirmó tajante el número 1 mundial.
¿Si esta sanción podría provocar que a partir de ahora los golfistas se negasen a responder preguntas durante el juego? Sólo el tiempo lo dirá, pero el propio G-Mac ya ha puesto sobre la mesa que los árbitros deberían ser más permisivos con estos casos. “Si voy a hacer esto por ti, puesto que estamos en el negocio del entretenimiento, quiero que se tenga algo de deferencia”.
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