“Pete me echó una buena bronca. No fue nada agradable, pero era algo que necesitaba escuchar”; confesó el estadounidense a los medios
A veces, para despertar a un campeón, hace falta una sacudida. Brooks Koepka vivió en carne propia una de las reprimendas más duras de su carrera justo antes del arranque del 125º US Open en Oakmont, cuando su entrenador Pete Cowen le dio un repaso técnico y emocional que no pasó desapercibido.
La escena tuvo lugar en el área de prácticas, concretamente en el búnker, donde Cowen no se mordió la lengua tras detectar gestos técnicos impropios del cinco veces ganador de Majors. La intensidad del momento fue tal que incluso Justin Thomas, testigo de la escena, se preocupó por el estado anímico de Koepka.
“Pete me echó una buena bronca. No fue nada agradable, pero era algo que necesitaba escuchar”; confesó Koepka tras firmar una sólida tarjeta de 68 golpes (-2) que lo situó en la parte alta de la clasificación. “Me estaba dejando llevar por malos hábitos. Me recordó lo que soy capaz de hacer y cómo debo hacerlo”.
La escena recordó a otro episodio similar vivido entre ambos en 2017, justo antes de que Koepka conquistara su primer US Open. El propio jugador lo reconoció. “A veces necesito que me empujen así. Me pone en modo competición”.
El incidente, lejos de desestabilizarlo, pareció reactivarlo. Koepka recuperó la compostura con una primera ronda de 68 y una segunda de 74; lo que le deja con un +2 en el acumulado; octavo de cara al fin de semana.
Puede seguir a OpenGolf en Facebook; Twitter; LinkedIn y suscribiéndose a través de este enlace a nuestra Newsletter Semanal
