Si de algo puede presumir Rory McIlroy es de la potencia que posee, algo que dejó patente en el hoyo 6 de Bay Hill, en el Arnold Palmer Invitational, un par 5 que despachó en tres golpes demostrando lo «fácil» que esto de jugar al golf. El primero de ellos y más espectacular fue el dado desde el tee volando 305 yardas (279 metros) de agua, mientras que el segundo lo jugó con una gran precisión desde 192 (176 metros) ya que dejaba la bola a poco más de dos metros para con el putt anotar el eagle.