No les vamos a descubrir América si les decimos que Bryson DeChambeau está hecho de otra pasta. Desde que comenzó a despuntar en el mundo amateur sabíamos que el californiano era distinto a los demás. “El científico del Golf” le llegamos a apodar debido a la aplicación de sus numerosos conocimientos de física al juego, dotando a todos los palos con las mismas medidas. “¿Por qué no le puedo pegar igual a todos los hierros? ¿Por qué no puedo repetir el mismo swing con todos los palos? Sería todo mucho más fácil, ¿no?”, se llegó a preguntar en muchas ocasiones.
Bryson DeChambeau, el campeón universitario que desafía las medidas tradicionales de los palos (04.06.15)
Dicho y hecho, DeChambeau comenzó a hacer números y trazó con escuadra y cartabón un plan cocinado a fuego lento en su laboratorio. El mismo laboratorio en el que poco tiempo después se las ingenió para poner en práctica una táctica infalible con el putter –y que tuvo enorme revuelo en los altos estamentos de este deporte, llegando a prohibirle seguir jugando de esa manera-. Después de todo, disfrutaba con lo que hacía al mezclar sus dos grandes pasiones: la ciencia y el Golf.
Pero no es solo con nuestro deporte con el que DeChambeau intentó llevarlo más allá gracias a la ciencia. También trató de aplicarlo al ping pong, como ha reconocido en una de sus últimas entrevistas con motivo de su victoria en los PlayOff. “Me encanta el ping pong. Hasta el punto de que unos amigos y yo llegamos a comprar un robot de adversario que modificábamos para que nos devolviera la pelota a diferentes velocidades y ángulos. Estuvimos así durante dos años, entrenando durante los almuerzos. Me convertí en todo un experto, no hace falta decirlo”, comentó entre risas el norteamericano.
Y ahora tendrá la ocasión de mostrar sus conocimientos al mundo en Le Golf National, pues ha sido una de las elecciones de Jim Furyk para participar en la Ryder Cup de finales de este mismo mes.