Bryson DeChambeau reina en el US Open tras llevarse el mano a mano ante Wolff. Jon y Rafa, T23

En una descafeinada jornada final en la que Bryson fue el único en vencer a Winged Foot, los españoles terminaron pasando de puntillas 

El californiano se llevó a casa su séptimo torneo del PGA Tour tras un gran domingo. Foto: @USGA

Pese a que muchos se negaran a creerlo, desde los primeros instantes de la jornada final del US Open se vivió su último partido como si de un match play se tratara. Nadie había conseguido llegar con fuerza desde abajo, lo que convirtió el duelo final entre Matthew Wolff (75 golpes, Par) y Bryson DeChambeau (67 golpes, -3) en un uno contra uno que, lamentablemente para el espectador, apenas contó con emoción llegados los instantes decisivos. Wolff dejó de mostrar los síntomas de frescura de los que había hecho gala el sábado y DeChambeau, mucho más acostumbrado a manejar estos momentos, no desaprovechó la ocasión. 

El deportista de Modesto, haciendo gala de su particular estilo, se llevó con todo merecimiento su primer Grande después de un domingo en el que se convirtió en el único jugador en vencer a Winged Foot. Una circunstancia que le sirvió para remontarle a Wolff los dos golpes de desventaja en la primera parte del recorrido cuando, llegado el hoyo 8, Bryson se había anotado un birdie y un bogey y Matthew había tropezado con tres bogeys. Un cambio de cromos en lo más alto que no volvió a sufrir variaciones en el resto de ronda. 

Y es que a DeChambeau sólo le hizo falta un un eagle en el 9 y un birdie en el 11 para sellar el triunfo y tomar el testigo de Gary Woodland, mientras que Wolff, que sufrió de lo lindo con dos bogeys en el 10 y el 14 y un doblebogey final en el 16, tuvo que conformarse con colocar su nombre en el subcampeonato de una semana que terminó siendo una tortura para los españoles. Tanto Jon Rahm (73 golpes, +10) como Rafa Cabrera Bello (78 golpes, +10) acabaron deslizándose hasta el Top 23 después de un día en el que ni el vizcaíno ni el grancanario estuvieron a la altura de la exigencia que requería el complejo neoyorquino. 

Mientras que el León de Barrika no no tuvo ninguna opción de acercarse a la zona alta después de una ronda en la que acumuló un doblebogey, cinco bogeys y cuatro birdies, el isleño se fue hasta el ocho sobre par después de una colorida tarjeta con dos doblebogeys, seis bogeys y únicamente dos birdies. Números que los situaron finalmente a cuatro impactos de un puesto en la zona noble de la clasificación.

Ver CLASIFICACIÓN Final