Sonrisas y lágrimas, como el musical protagonizado por Julie Andrews. Así es como podría definirse la primera jornada del The Barclays para los grandes favoritos que optan a llevarse a casa el primero de los cuatro torneos de los PlayOff de la FedEx Cup.
Y es que, a pesar de que tan sólo se llevan disputados 18 hoyos de campeonato, sorprende la clasificación tanto por arriba como por abajo. Basta comentar el ejemplo del colombiano Camilo Villegas, que ha pasado de clasificarse in extremis a coliderar en Plainfield con cinco golpes por debajo del par del campo.
Pero no es el único. Spencer Levin y Tony Finau empatan con el sudamericano en lo alto de la clasificación, una tabla a la que sólo Bubba Watson, de entre los grandes favoritos, ha podido hincarle el diente con su -5. Aunque el de Florida habrá debido marcharse con un sabor amargo ya que, pese a estar con siete bajo par a falta de cuatro hoyos por disputar, dos bogeys en el 6 y en el 9 le han hecho perder la condición de líder en solitario del torneo. Pero tampoco puede quejarse viendo cómo ha marchado la jornada para alguno de los que acudían a Edison (Nueva Jersey) con más opciones de triunfo.
Jordan Spieth no ha podido iniciar su andadura como número uno mundial de peor forma. El texano, que ha hecho unos buenos primeros nueve hoyos en los que ha logrado dos birdies, se ha desfondado en la segunda vuelta. 5 bogeys, un doble bogey, un birdie y dos pares ha sido el resultado del estadounidense de los hoyos 1 al 9. La peor vuelta del golfista de 22 años en todo el 2015. Pero, por increíble que parezca, hay otro favorito que ha resultado peor parado.
Justin Rose, salvo milagro, ha dilapidado toda opción de coronarse en The Barclays. El inglés llegaba a la cita avalado por los grandes resultados en los últimos torneos –ente ellos, la cuarta posición en el PGA Championship– y, sin embago, una vuelta cargada de errores le han colocado en penúltima posición con siete golpes sobre el par, uno por debajo de Hunter Mahan, que lo tiene prácticamente imposible para repetir el triunfo de hace doce meses.