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El estadounidense vuelve a vencer en el mejor circuito del planeta dos años después. Foto: @PGATour
Lo puso todo de su parte, pero la jornada del movimiento fue demasiado lastre para Rafa Cabrera-Bello (70 golpes, -2), que tuvo que conformarse con ocupar un lugar entre los 26 mejores del evento después de entregar el domingo una cartulina con 70 impactos. Un eagle, dos birdies y tres bogeys fue el balance de la ronda final del deportista español, que volvió a tener sus más y sus menos con el putter, un hecho que le repercutió negativamente y que le impidió acercarse más a la parte alta del evento.
Un podio con claro sabor estadounidense en el que brilló con luz propia Bubba Watson (69 golpes, -2), al que muchos dieron por desaparecido hace solo unos meses y que en esta última vuelta se ha encargado de demostrar que todavía tiene algo que demostrar en esto del Golf. El deportista de Florida, con un juego práctico y efectivo, logró llevarse el campeonato siendo el mejor de toda la parte alta.
Cinco birdies y tres bogeys fueron suficientes para que el zurdo se llevara la décima victoria de su carrera en el PGA Tour, aventajando en dos impactos a Kevin Na (69 golpes, -10) y a Tony Finau (69 golpes, -10) y acallando las voces más críticas que le aventuraban otra temporada para olvidar.
Y eso que sus últimas 18 banderas no comenzaron de la mejor manera después de que en el hoyo 9 acumulara más errores que aciertos. Pero un buen final de torneo, unido a la inoperancia ofensiva de Patrick Cantlay (71 golpes, -9) y Cameron Smith (71 golpes, -8), sus dos grandes rivales, provocaron que el de Bagdad jugara las últimas banderas con una gran tranquilidad para arribar a la decena de triunfos en el mejor circuito del planeta.
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