
Hasta el último instante no se tuvo la certeza de que la Presidents Cup regresaría a EE.UU. Fue en el último partido cuando se supo que el trofeo volvería intacto con el equipo dirigido por Jay Haas.
Uno de sus jugadores, Bubba Watson cuarto mejor jugador del planeta según ranking mundial, artífice de tres de los puntos del combinado estadounidense no resistió la tentación de meterse en la cama con la mismísima copa. Felices sueños.





