Fue el primero de los nuestros en terminar su ronda en esta 147ª edición del Open. Sin embargo, el debut no ha sido el esperado después de lo visto en los 18 primeros hoyos. Y no porque el juego de Rafa Cabrera-Bello distara mucho de ser bueno -estuvo por debajo del par durante la gran mayoría del recorrido-, pero un traspié casi finalizando la vuelta le terminó por descolocar y le impidió entregar una cartulina con números rojos.
“He jugado bien. De hecho, venía satisfecho con mi vuelta. Estaba hasta contento con todos los aspectos de mi juego, pero lo vivido en el 16 ha sido un golpe muy duro. Se ha cargado el día”, confesó el grancanario. Y es que después de una tarjeta con cuatro birdies y tres bogeys, el triplebogey del 16 -después de patear hasta en cinco ocasiones- destrozó una tarjeta en la que un nuevo bogey en el 18 dio la puntilla.
“El campo está bien. El hecho de que esté demasiado seco beneficia en unos hoyos y perjudica en otros, pero tampoco es determinante. Me voy con una sensación agridulce, porque siento que he jugado bien. Es una pena que todo se haya ido al traste de una manera tan ridícula. Mañana será otro día e intentaremos hacerlo lo mejor posible”, declaró a Chiki Trillo, enviada especial al Open.