El grancanario sigue en la pomada, como suele decirse en estos casos. Bien es cierto que no ha podido igualar el increíble 63 de ayer, pero ha conseguido entregar otra cartulina por debajo del par del campo con la que se postula a integrar la parte alta de la clasificación durante las últimas horas de torneo. No puede decir lo mismo Jon Rahm (-1), que se ha quedado a las puertas de acceder al fin de semana y ve truncada su enorme racha de cortes pasados desde que se hizo profesional.
Rafa Cabrera-Bello (-9) es un hombre feliz en estos momentos. Al diploma olímpico conseguido hace solo seis días ha de sumarle ahora un grandísimo inicio de Wyndham Championship sobre la hierba del Sedgefield CC. Y eso que no lo tenía nada fácil al salir desde el turno de tarde. Por la mañana, el surcoreano Si Woo Kim (-12) hacía saltar la banca en Greensboro (Carolina del Norte) consiguiendo un estratosférico 60 –ocho birdies y un eagle sin fallo- que le colocaban líder del evento y desbancaba al español.
Pero Rafa sabe que esto es un torneo a 72 hoyos, y un eagle, dos birdies y solo dos fallos –sus primeros en el torneo- le han posibilitado situarse con nueve golpes bajo par en la sexta posición en solitario, a un impacto del núcleo duro de la parte alta y a solo tres del asiático.
Por su parte, el golfista vasco –que necesitaba alcanzar el -3 en el día después del par de la ronda de ayer- ha quedado apeado del torneo a las primeras de cambio y pone fin a su primera toma de contacto con el circuito americano con el objetivo bajo el brazo: asegurarse la membresía para el próximo curso. Y lo hizo con un amargo sabor de boca, pues desde el hoyo 2 tuvo que remar a contracorriente por culpa de un triplebogey. A partir de aquí, el euskaldun intentó levantarse, y casi lo consigue -le faltó solo un birdie en el 18-, pero no pudo ser.
Así pues, estaremos pendientes de lo que suceda con Rafa a partir de ahora, porque seguro que nos va a deparar muchas alegrías en estos restantes 36 hoyos.