No tuvo un comienzo soñado, eso es más que evidente. Pero en esto del Golf lo importante no es cómo se empieza sino cómo se acaba. Y Rafa Cabrera-Bello (71 golpes, -1) finalizó su actuación en la primera ronda de la novedosa CJ Cup disputada en el Nine Bridges surcoreano de la mejor forma, con un birdie en la última bandera del día que le sirve para dos cosas fundamentales: conseguir unas sensaciones satisfactorias de cara al resto del evento e irse a Casa Club con una cartulina con números en negativo.
Y es que el torneo, que reúne a 78 jugadores luchando por una bolsa de 9,25 millones de dólares, se había iniciado con un Rafa desacertado en los primeros nueve hoyos. Tanto es así que el grancanario no logró ni un solo birdie y, sin embargo, cosechó dos bogeys que le hicieron encaminarse hasta el tee del 10 con un preocupante dos sobre par. Pero tal y como reza el refrán, nunca llovió que no escampara. Y vaya si escampó. El único representante de la Armada esta semana en el PGA Tour varió su suerte y vivió una parte final de vuelta en la que dio un giro de 180 grados.
Tres birdies sin errores con unas sensaciones más que satisfactorias de cara a los segundos 18 hoyos le sirven para no distanciarse en exceso del Top 10 -del que solo le separan cuatro golpes- y colocarse en el T31, una posición desde la que ha visto a Justin Thomas (63 golpes, -9) destrozar otro campo con un inicio antológico.
El estadounidense, que inició su andadura en el país asiático con un bogey en su primera bandera del día, puso en marcha la maquinaria en el 3 y, a partir de aquí, cosechó dos eagles y cuatro birdies que le permitieron desde bien temprano situarse al frente de una tabla que ya no abandonó en ningún momento. Tres birdies y un nuevo bogey en los últimos nueve hoyos completaron el espectacular -9 que campea en estos momentos en su marcador.